sábado, 28 de mayo de 2011

Pinta que te pinta


Ya sólo falta poner el suelo


Por fin las ventanas


Ventana sin cristales


Ya sólo falta la reja y el buzón!


Y los cristales, claro!!!


Vainilla


La cama fantasma


Aseando el aseo


Violetas para Carolina


El suelo debe esperar



Aún recuerdo un agujero en el techo donde ahora descansa la escalera

jueves, 19 de mayo de 2011

Arrastrando los días

Ya va faltando menos pero se me está haciendo interminable, parece que el final no va a llegar nunca...


 

La fachada iluminándose.





El minúsculo recibidor estrellado.



El aseo carolino.



El aseo oscuro, como dice mi madre.



El baño de los caballeros del alto plumero




El mío.



Esperando la campana.



Mármol marfíl esperando sus trocitos de madera.



El guardián vigilando aburrido.

viernes, 6 de mayo de 2011

Planos

Ahora parece que todo va encajando en su lugar. Han pasado apenas tres meses desde que comprara un montón de tabiques mal avenidos que pedían a gritos que alguien les echase un poco de cuenta. Así que después de unos cuantos días de darle vueltas a mil ideas y de unas cuantas mediciones comencé a planificar la distribución de cada ladrillo, cada enchufe y cada agujero en la pared para que la luz pudiera acomodarse en la casa como otro miembro más de la familia.

   La  planta baja se modificó quitando y poniendo tabiques para distribuirla de manera que el salón quedase al final, con la intención de tener más intimidad y poder integrarlo al patio por medio de una pared totalmente acristalada. La cocina con dos grandes ventanas en esquina en la zona de comedor y un miniaseo aprovechando el hueco de la escalera.

   En la primera planta se convirtió una pequeña terraza en aseo, dos dormitorios se unieron para formar uno más grande y el cuarto de baño y la azotea surgieron al construir sobre el techo del trozo de salón robado al patio original. La escalera a la segunda planta se construyó a fuerza de cabezonería para que cupiese a costa de cualquier cosa.

La segunda planta se construyó enteramente nueva.


La planta baja con pequeñísimo recibidor, distribuidor,  cocina con despensa, aseo de cortesía, salón y patio.

La primera planta con escalera de acceso, distribuidor, dormitorio de Carolina con aseo, dormitorio principal con baño y azotea, y escalera de acceso a segunda planta.

La segunda planta con zona de estudio y dormitorio comunicados, baño y dos azoteas

Ya va faltando menos...


El cancel de la cocina que servirá de asiento delante de la mesa de los cafelitos.




La despensa vista de frente.



El pasillo desde la entrada al salón y al aseo, comprobado que pueden cruzarse dos personas sin chocar entre ellas, aunque por poco.



La escalera girando sobre ella misma como un caracolillo



Ventana de mentirijillas para el lavabo



El salón esperando el ventanal




Detalle para que las gotitas patinen de cabeza hacia el suelo.




El salón visto desde el patio.




El pasillo a la inversa. Al fondo la puerta nueva; ahora sí estamos blindados.



El aseo de Carola ya se perfila como algo rosa.



Rosas para los pies de la pequeña princesa.




Pestañitas para los azulejos de ojitos cerrados.



La escalera pudorosa ha cubierto los ladrillos de sus orejas.



El techo escayolado.



Claro que es boya.



El capirote de la casa se vuelve de seda.



Molduras y paredes perdiendo el frío.



Suelo esperando la madera.



Un aseo muy churretoso, en todos los sentido, todos, todos.



La fachada juega a vestirse de domingo.




Los escalones y la rampa.



Un costado ciego espera impaciente su ventana.